Newest Post
// On :domingo, 27 de enero de 2013
(Cambio el tipo de lectura, ahora hablo en primera persona, es que hablar en tercera es muy rollazo XDD Bueno que lo disfrutéis!)
(Mihara)
La cabeza me da vueltas, siento nauseas en el estomago y tengo la sensación de querer vomitar. Cuando me despierto, observo todo mi alrededor. Estoy encerrada en una jaula de barrotes de hierro de color dorado y llevo un vestido blanco largo que cae entre los barrotes y a mi alrededor muchos pétalos de rosas rojas. La jaula en la que estoy encerrada esta situada dentro de una sala oscura. No veo nada, solo un abismo de oscuridad a mi alrededor. Siento frío, me apoyo en uno de los barrotes de la jaula y me observo detenidamente. Me cubro con las manos envueltas en los blancos guantes los hombros desnudos para darme calor. Estoy sola, otra vez, esto ya había ocurrido antes, pero estoy acostumbrada, ya no me duele estar sola, no tanto aunque desde que estoy con Keint y los demás, la soledad había dispersado, pero a vuelto en un abrir y cerrar de ojos. Pienso, no puedo evitar pensar en los demás, en Lilium, en Raven, en Karien y en Keint...
¿Cuantos días llevaré aquí? No he comido ni he bebido nada desde que estoy aquí, en cambio no siento nada, ni hambre ni sed, ni adelgazo por la falta de nutrientes, pero si que siento dolor, me duelen los brazos, las piernas, el estomago, me siento como si me hubiera aplastado un elefante. Puede... que vaya a dormir para siempre en este lecho de rosas.
-Keint...
(Karien)
Los días pasan y no obtenemos nada, ni una sola pista, hemos estado investigando el paradero de Ren pero seguimos sin nada. Keint esta de los nervios, ni come ni duerme, esta todo el santo día en el bosque sagrado entrenando. La princesa a sido llevada de vuelta al castillo y para colmo el príncipe Seiji viene todos los días preguntando por Keint, el cual no quiere mostrarse nunca, me pregunto de que se conocerán. No me gusta nada esta situación, estamos todos separados. Me llevo las manos a la cabeza, no entiendo nada...
(Mihara)
De repente una gran cantidad de luces empiezan a encenderse a mi alrededor, son un centenar de candelabros dorados, se encienden todos uno tras otro rápidamente. Cierro los ojos, la eterna oscuridad ya ha penetrado en mis ojos y me ha cegado por la ausencia de luz. Poco a poco una silueta aparece frente a mi, intento abrir más los ojos para observar mejor al sujeto que ahora se dirige a mi. Me coge de la barbilla y me susurra unas palabras al oído.
Suavemente noto como Ren posa sus labios sobre los míos...
Un beso prohibido, un beso que nunca debería ocurrir... a ocurrido en un instante... No es la misma sensación.... cuando Keint me beso por primera vez me sentí muy... como decirlo, acogida... Era un beso cálido, suave, y sobretodo, me encantó...
-Me pregunto que haría Keint si se enterara de que te he besado...- Es Ren... Su voz dulce... Mi gran amigo... Es inconfundible...
Me encantaría llorar ahora mismo pero...
Ren se separa de mi, ya puedo verle, su pelo gris brilla intensamente al igual que sus ojos...
-Ahora lo entiendo todo. Solo los seres a los que aceptas pueden acercarse a ti o pueden tocarte.
Mi voz casi no se oye, pero poco a poco noto como mi voz se aclara por su uso- Ren... ¿Por que eres así? Debes tener algún motivo para hacer todo esto ¿qué es lo que deseas?
-Poder... Deseo vengarme... de ese hombre al que tanto amas, aquel impostor me quito a mi familia, me quito el lugar que a mi me correspondía!! Lo odio!! Nunca lo considere mi hermano!!!
-Ren...- no puedo decirle nada, las palabras no surgen, podría animarle, decirle que no pasa nada por sentir envidia o sentirse solo o como que te han sustituido...
(Keint)
-Keint... tienes idea de por que Ren se a convertido en ese demonio oscuro? Por que a secuestrado a Mihara...?
-Podría ser por algo del pasado... de nuestra infancia...
-Ocurrió algo cuando eramos pequeños como para dar estos resultados?
-Puede ser... tu... sabes que yo soy adoptado verdad? pues...
-Keint... cuéntame como os conocisteis, bueno, cuando te adoptaron en la familia Firenight... por que que yo recuerde en este país adoptar niños de otros países está prohibido...
-Bueno, en realidad, de mi propia infancia no recuerdo nada prácticamente pero si que recuerdo el día en el que conocí a Ren...
"Una mañana de invierno, fría, congeladora, un pequeño niño de pelo plateado (de unos 4 años) acompañaba a su hermosa madre, una mujer de pelo largo, lacio, y blanco brillante, caminaban juntos con bolsas llenas de comida y se dirigían a casa pero el niño vio en un estrecho callejón a otro niño (seguramente de la misma edad) tirado en el suelo, tenia zonas de la piel desgarradas, la ropa destrozada, sucia, echa trizas, tenia heridas en piernas y brazos envueltas en vendas deterioradas y de su ojo derecho caía un chorro de sangre que cubría todo su rostro. A Ren se le encogió el corazón. Miró a su madre.(Mihara)
La cabeza me da vueltas, siento nauseas en el estomago y tengo la sensación de querer vomitar. Cuando me despierto, observo todo mi alrededor. Estoy encerrada en una jaula de barrotes de hierro de color dorado y llevo un vestido blanco largo que cae entre los barrotes y a mi alrededor muchos pétalos de rosas rojas. La jaula en la que estoy encerrada esta situada dentro de una sala oscura. No veo nada, solo un abismo de oscuridad a mi alrededor. Siento frío, me apoyo en uno de los barrotes de la jaula y me observo detenidamente. Me cubro con las manos envueltas en los blancos guantes los hombros desnudos para darme calor. Estoy sola, otra vez, esto ya había ocurrido antes, pero estoy acostumbrada, ya no me duele estar sola, no tanto aunque desde que estoy con Keint y los demás, la soledad había dispersado, pero a vuelto en un abrir y cerrar de ojos. Pienso, no puedo evitar pensar en los demás, en Lilium, en Raven, en Karien y en Keint...
¿Cuantos días llevaré aquí? No he comido ni he bebido nada desde que estoy aquí, en cambio no siento nada, ni hambre ni sed, ni adelgazo por la falta de nutrientes, pero si que siento dolor, me duelen los brazos, las piernas, el estomago, me siento como si me hubiera aplastado un elefante. Puede... que vaya a dormir para siempre en este lecho de rosas.
-Keint...
(Karien)
Los días pasan y no obtenemos nada, ni una sola pista, hemos estado investigando el paradero de Ren pero seguimos sin nada. Keint esta de los nervios, ni come ni duerme, esta todo el santo día en el bosque sagrado entrenando. La princesa a sido llevada de vuelta al castillo y para colmo el príncipe Seiji viene todos los días preguntando por Keint, el cual no quiere mostrarse nunca, me pregunto de que se conocerán. No me gusta nada esta situación, estamos todos separados. Me llevo las manos a la cabeza, no entiendo nada...
(Mihara)
De repente una gran cantidad de luces empiezan a encenderse a mi alrededor, son un centenar de candelabros dorados, se encienden todos uno tras otro rápidamente. Cierro los ojos, la eterna oscuridad ya ha penetrado en mis ojos y me ha cegado por la ausencia de luz. Poco a poco una silueta aparece frente a mi, intento abrir más los ojos para observar mejor al sujeto que ahora se dirige a mi. Me coge de la barbilla y me susurra unas palabras al oído.
Suavemente noto como Ren posa sus labios sobre los míos...
Un beso prohibido, un beso que nunca debería ocurrir... a ocurrido en un instante... No es la misma sensación.... cuando Keint me beso por primera vez me sentí muy... como decirlo, acogida... Era un beso cálido, suave, y sobretodo, me encantó...
-Me pregunto que haría Keint si se enterara de que te he besado...- Es Ren... Su voz dulce... Mi gran amigo... Es inconfundible...
Me encantaría llorar ahora mismo pero...
Ren se separa de mi, ya puedo verle, su pelo gris brilla intensamente al igual que sus ojos...
-Ahora lo entiendo todo. Solo los seres a los que aceptas pueden acercarse a ti o pueden tocarte.
Mi voz casi no se oye, pero poco a poco noto como mi voz se aclara por su uso- Ren... ¿Por que eres así? Debes tener algún motivo para hacer todo esto ¿qué es lo que deseas?
-Poder... Deseo vengarme... de ese hombre al que tanto amas, aquel impostor me quito a mi familia, me quito el lugar que a mi me correspondía!! Lo odio!! Nunca lo considere mi hermano!!!
-Ren...- no puedo decirle nada, las palabras no surgen, podría animarle, decirle que no pasa nada por sentir envidia o sentirse solo o como que te han sustituido...
(Keint)
-Keint... tienes idea de por que Ren se a convertido en ese demonio oscuro? Por que a secuestrado a Mihara...?
-Podría ser por algo del pasado... de nuestra infancia...
-Ocurrió algo cuando eramos pequeños como para dar estos resultados?
-Puede ser... tu... sabes que yo soy adoptado verdad? pues...
-Keint... cuéntame como os conocisteis, bueno, cuando te adoptaron en la familia Firenight... por que que yo recuerde en este país adoptar niños de otros países está prohibido...
-Bueno, en realidad, de mi propia infancia no recuerdo nada prácticamente pero si que recuerdo el día en el que conocí a Ren...
-Mama, quiero ir a la biblioteca a recoger un libro, adelantate, ahora iré yo a casa.
-De acuerdo amor pero ve con cuidado- la hermosa madre sin rechistar, caminó hacia la casa.
Se dirigió hacia el chico, cuando estaba lo suficientemente cerca para distinguirle bien observó su cara, le miró a los ojos, el ojo que sangraba... no lo tenia. No tenia ojo derecho. ¿Cómo un crío como él podía aguantar semejante dolor? Ren, petrificado ante tal, se acercó a él y le ofreció su mano.
-Me llamo Ren.
Ren, mientras le tendía la mano al chico éste lo miraba atónito, pero no mostró más emoción que eso. El niño le dio su mano, temblando y con la poca fuerza que le quedaba para moverse, y ambos se fueron juntos a casa. Al llegar, la madre se asustó al ver a su hijo con un chico todo manchado de sangre, pero Ren se lo explicó rápidamente y ésta le preparó unas sábanas y le tumbaron sobre ellas, la mujer cogió una toalla y le limpió las heridas y se las vendó apropiadamente. Pasaron tres días cuando el chico finalmente despertó. Se encontraba en una pequeña y acogedora casa, una mujer limpiando los platos y a Ren sentado y sobre la mesa un libro que él estaba leyendo. Ren se percató de su despertar y avisó a su madre, ambos corriendo se acercaron al niño.
-Buenos días querido, ¿cómo te encuentras?- pregunta la mujer tocándole la frente.
El chico no responde.
-Bueno... ¿Como te llamas?
-....
-...No lo recuerdas?
El chico mueve la cabeza muy lentamente en señal de negación.
-Entonces...
-Te llamare Keint!
-Keint...
-¿Keint? hijo entiendo que te guste ese libro llamarle así a este chico...
-Seguro que le gusta ¿a que si?
-Si... Keint...¿Quien..?
-Oh! Es el protagonista de mi libro favorito! Ten! Te lo presto y me dices si te gusta.
-No..se leer
-Eh! Ah..... pues yo te enseñaré! Mama! Puedo tener un hermanito! si lo adoptas será uno más!
-Bueno... sabiendo que no tiene ningún lugar al que volver puede ser uno más, verdad, Keint?
Keint miraba fijamente tanto a Ren como a la madre, a su nueva madre, las lágrimas empezaron a brotar de su ojo izquierdo, con el libro que Ren le acababa de dar lo oprimió contra su pecho cogiéndolo fuertemente y una leve sonrisa surgió de su rostro.
-Gra..cias...
.
.
.
.
.
Continuará....
La historia de Ren y Keint no se acaba aún!
